Corsini y la Mazorca
Durante años existió un tema tabú entre los numerosos seguidores de Ignacio Corsini. Era el referido a la supuesta admiración que profesaba el Caballero Cantor hacia la mazorca, nuestro primer grupo de tareas.
Los devotos de Corsini se preguntaban también si existía alguna relación entre su retiro en el año 1948, y la estrepitosa derrota del fascismo.
Este tema preocupaba seriamente a varios admiradores de Ignacio. Por ese motivo, en el año 1958, a diez años del retiro voluntario del notable vocalista, se creó una comisión con el fin de conversar con el intérprete y develar la incógnita.
Varios de sus admiradores se opusieron porque preferían la duda a la certeza. ¿El maestro había sido un simple cantor criollo o un irredento autoritario?
Primó el criterio de una minoría ilustrada que, con el argumento de que no hay que temer a la verdad, decidió tomar el toro por las astas resolviendo realizar una investigación que llegase hasta las últimas consecuencias, y lo que es más importante, bancarse la verdad aunque doliese.
La comisión mencionada intentó comunicarse con Ignacio hasta que una tarde lo logró.
Por vía telefónica, plantearon sus inquietudes y le confirmaron que solamente él podia sacarlos de la angustia. Querían visitarlo en su residencia ubicada en la calle Otamendi 676, en el barrio de Almagro. El maestro contestó que no recibía a nadie en su casa, pero que todas las tardes, alrededor de las cuatro, caminaba por el cercano Parque Centenario. Que si se acercaban a él, y se presentaban debidamente, iba con todo gusto a conversar con ellos.
Fue así. En una helada tarde de invierno, la comisión en pleno detuvo la caminata del maestro, y en medio de las presentaciones de rigor, se dirigieron a los bancos de plaza, en la glorieta del Parque.
A un sorprendido Corsini se le preguntó a boca de jarro: -¿Usted admira a Juan Manuel de Rosas? El maestro respondió: -Por favor.
Seguramente ustedes me preguntan eso porque en mi repertorio incluía letras de Blomberg, que tocaban esa temática.
Con ese criterio también pueden decir que Agustín Magaldi fue el primer sovietólogo argentino porque cantaba aquello de “Moscú está cubierto de nieve”. Pero eso sería incorrecto. Blomberg era noruego, tenía un corso a contramano y tomaba un litro de ginebra por día. Como le escribió a los federales también le cantó a los unitarios. Recuerden el tango" La canción de Amalia", basado en la novela de Mármol.
Otro de los integrantes del grupo le preguntó si había relación entre su retiro en 1948 y la derrota del eje.
Visiblemente irritado Corsini contestó:- Me retiré ese año porque murió Victoria, mi compañera de toda la vida. Estábamos juntos desde 1911 y en ese año terrible terminó mi vida junto a la de mi mujer. Además es sabido que el gauchaje nunca quiso a los italianos, y yo nací en Troina, Sicilia, en 1891. ¿Cómo podría entonces cantarle al Restaurador? Con respecto a mi admiración por Mussolini es otra patraña inventada por un periodista de “El Alma que Canta”, al que no voy a nombrar. Siempre sintió celos por mi querida Victoria. Ya se los dije, mi vida terminó junto con la de ella. Esto que ustedes ven acá es un fantasma-. Y agregó:
-¿Para esto me llamaron?. Pero por qué no se dejan de joder, y levantándose alterado continuó con su diaria caminata.
Así terminó para siempre el diálogo entre la comisión de homenaje y el Caballero Cantor.
Corsini murió de tristeza el 26 de Julio de 1967.
2 comentarios:
Hola, esto es una ficción escrita por usted o realmente sucedió??? tiene la fuente? le pido que me diga porque ahora estoy como los de la comisión de intrigado jajaja, un abrazo!
Es la pura verdad.
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