Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.
Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.
Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.
Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.
En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.
Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.
viernes, 17 de diciembre de 2010
Vida y muerte de Don Argentino Gigena
El Sr.Musante, en los años que estuvo muerto, frecuentó a los más grandes Jockeys del turf nacional.
Enterado de esto, Julio Paredes, poeta y burrero, le preguntó acerca de ellos.
¿-Dígame Musante, en el cielo conoció a las grandes muñecas del Hipódromo Argentino?
-Por supuesto, respondió con entusiasmo el Sr. Musante, apasionado del deporte de los reyes.
-Al primero que encontré fue a Máximo Acosta, “El Mono”.
Una tarde que entré al café “El Pensamiento” estaba sentado en la mesa de Gardel. También frecuenta el lugar Juan Carlos Contreras, el conductor de Yatasto, el mejor caballo que dio nuestro país.
Un periodista de “Mundo Argentino” consagró al equino cuando lo llamó “el Gardel de las pistas.”
Esa mesa, que se reunía los miércoles alrededor de “El Morocho”, también la integraban Antúnez , Juan Pedro Artigas, e Ireneo Leguisamo.
Gardel decía: “no hay nada más lindo que reunirse en el café con los grandes maestros, y escuchar hablar a los que saben mientras uno fasea en silencio”.
¡-Un sabio! Acotó el tordo Laferlita.
Continuó el Sr.Musante:-Una tarde se hizo presente en el café el cantor nacional Alberto Gómez, acompañado por alguien de aspecto común, con la mirada helada clavada en el piso.
Dijo Gómez: “Este señor se llama Argentino Gigena, y murió en una rodada en el Hipódromo Argentino en 1911.”
Carlos Gardel se puso de pié, se acercó a Gigena y le dio un abrazo.
-Siéntense con nosotros, ordenó “El Zorzal”.
Continuó:-Yo vi la carrera en la que usted murió. Su caballo fue encerrado en el codo; se produjo la caída con las consecuencias que todos conocemos.
-De eso quiero hablar, dijo Gómez. –Don Argentino Gigena es el primer mártir del turf Argentino.
Dirigiéndose al Morocho, Gómez continuó:-Queremos ver si a través de tu amistad con la Virgen María, ella pueda influir ante El Señor para que Gigena sea declarado Santo.
Pensá Carlitos que estamos en presencia del proto mártir del turf nacional.
Argentino Gigena está en el mismo nivel que San Esteban, el primer mártir del cristianismo.
Entonces susurró Gigena mirando fijo el canto de la mesa:-A Esteban lo acusaron de ofender a Moisés y a Jehová, y los Fariseos lo lapidaron en un barrio cambusa de Jerusalén.
Yo no ofendí a nadie. Simplemente reclamo lo que es mío.
-En la muerte de Estaban participó Paulo de Tarso, después conocido como San Pablo, señaló, erudito, Julio Paredes.
-Instigó a los que lapidaron a San Esteban pero el no participó. Se quedó cuidando la ropa de los Fariseos, acotó el vidente Locuco.
-Un sogán, respondió el tordo Laferlita. Continuó:-Cuando íbamos a jugar al fútbol a Punta Lara siempre había uno que por unas monedas te cuidaba la ropa.
-No voy a permitir que se ofenda de esa manera a un gran cristiano, dijo Malena la que esconde una esperanza humilde.
-Al único cristiano que respeto es a Cristiano Ronaldo, respondió Julio Paredes.
-Si no paran con las ofensas me retiro, subrayó Malena.
-Malena, usted estuvo en el Paraíso, y comprobó in situ de visu, que la versión de la Iglesia es falsa, retrucó el vidente Locuco.
Agregó:-Si usted sigue negando la realidad es problema suyo. Comprobamos que la verdad es la sostenida por el místico sueco Emanuel Swedenborg: “Dios no condena a nadie y escucha el tango “La Cumparsita” en su versión preferida que es la de Juan D’Arienzo, el Rey del Compás”.
-San Pablo no es tan ganso, dijo Paredes.-Piensen que es el inventor del Cristianismo.
-Un gran escritor. De su pluma nacieron los cuatro Evangelistas, filosofó el vidente Locuco.
¿-Y qué me cuenta de las trece epístolas? San Pablo es un grande de la literatura fantástica, dedujo Paredes, y continuó:-Malena, no lo tome como algo personal, pero lo suyo no se sostiene.
-Estoy orgullosa de ser católica y maestra normal.
-En el cielo conocí al escritor Ignacio de Anzoátegui, habló el Sr Musante.-Decía que Sarmiento había traído las tres plagas argentinas.
¿-Cuáles son? Preguntó el vidente Locuco.
Respondió Musante:-Gorriones, eucaliptos, y maestras normales.
Una furtiva lágrima surcó el rostro de Malena, la que esconde una esperanza humilde.
Para cambiar de tema Paredes dijo:-Gigena era tan desconsiderado que cuando estaba en una reunión con amigos se iba sin saludar.
¿-De dónde saca eso? Preguntó el Sr. Musante.
-De los versos del cantor nacional Alberto Gómez:
“Milonga que peina canas
Y está llorando de pena
Porque Argentino Gigena
Se fue sin decir adiós”.
-Es una metáfora de la muerte del pobre Gigena, dijo el Sr.Musante.
¿-Cómo sigue la historia? Preguntó el vidente Locuco.
-Carlos Gardel les aseguró al mártir de la hípica y a Don Alberto Gómez que iba a interceder ante su admirada y admiradora, la señora madre de Dios para que ésta resuelva el tema.
-Voy a hablar con mi gran amiga para plantearle el caso, aseguró el “Morocho”.
-Seguramente la virgencita me va a escuchar, y tendremos al fin un Santo nacional y burrero.
Está Ceferino, que es un amigo y fue compañero mío en la escuela primaria con los Salesianos, pero no pasó de Beato.
Además sería muy lindo que en mi Buenos Aires querido, cuando te encuentres con un habitué de los chuchos, y preguntes a quien le reza para que gane un potrillo o para que salga “el loco” o “gente negra”, conteste: “A San Argentino Gigena”.