Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.
Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.
Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.
Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.
Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.
En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.
Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.
Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.
Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.
Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.
Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.
En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.
Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.
viernes, 11 de octubre de 2019
martes, 7 de julio de 2015
jueves, 19 de marzo de 2015
Transcurría la tarde lentamente cuando se abrió la puerta del café y entró Julio Jorge Nelson. Una vez ubicado junto al poeta del barrio, don Julio Paredes, habló anticipándose a todos:-En el Cielo nos reunimos todas las tardes en el café “El Pensamiento” y conversamos hasta la madrugada. La mesa está integrada por Fioravanti, José María Muñoz y Dante Panzeri. Ahora se agregó Jorge Luis Borges porque estamos, con mi amigo Paco Urondo, investigando sobre la literatura en el fútbol. Ésta nació cuando pregunté sobre la esencia del relato deportivo y Fioravanti contestó que la literatura del fútbol está en el relato radiofónico. A Borges le interesó el tema, acotó:-Yo escribí junto a Bioy Casares un cuento acerca de las transmisiones radiales y el fútbol; lo publicamos en 1967. Se titula “Esse est percipi”. Ser es ser percibido; el idealismo subjetivo del Obispo Berkeley. Surgió después de que escuché en un coche de alquiler un partido de fútbol relatado por José María Muñoz. Con Adolfito imaginamos una Organización Mundial dedicada a manejar la humanidad a través de las transmisiones deportivas. El locutor es el que recibe las instrucciones del poder mundial y cuando relata un partido, que solo existe en su imaginación, transmite ideas y conductas a seguir, impartidas por esa organización ecuménica secreta. Berkeley identifica lo físico con lo sensible. Para el Obispo no hay realidad. Solo hay contenidos de conciencia creados por el Espiritu Infinito. Este Espíritu Infinito es un invento de la Organización Mundial, y su representante en Buenos Aires fue José María Muñoz. Dijo Dante Panzeri:-En mi libro “Fútbol. Dinámica de lo impensado”, yo desarrollé una hipótesis: “Al fútbol actual le faltan tres cosas, dirigentes, decencia y wines”. El ensayo cerraba exponiendo una terzina de la “Divina Comedia”: O voi ch’avete l’intteleti sani, miratte la dottrina che s’asconde, Sotto il velame de il versi strani. Si descorremos el velo que cubre las transmisiones deportivas veremos el manejo siniestro que a través de un renacido Inquisidor, llamado José María Muñoz, realiza la Organización Mundial que nos domina. Lamentablemente la editorial censuró los versos del insigne florentino. Adujo que eran producto del delirio y el alcohol. -Ordenemos la conversación, dijo Fioravanti. Lo que dice Borges pertenece a la ficción. Dirigiéndose a Panzeri preguntó: ¿Piensa usted que existe una organización mundial detrás del relato? ¡-Helsinski, 1952! Interrumpió Muñoz. –Ahí comienza mi carrera como el más grande relator de todos los tiempos. Y a mi nadie me manejaba. Eso de que inventamos el partido es una falacia. Continuó el relator de América: -Panzeri, vos sabés que el clima une a los pueblos a través de las isotermas. ¿-Qué tiene que ver? Respondió Dante. Intervino Urondo:-Muñoz, Borges dice que usted pertenece a una tenebrosa organización mundial. -En el cuento cambié el apellido y el relator se llama Ferrabás, acotó Borges. Un señor Savastano, que respondía a la organización, le daba las órdenes. En un momento Savastano dice: “el fútbol es un género dramático a cargo de un solo hombre en una cabina”. Hay muchas semejanzas entre Sabastano y Ferrabás con el relator de América. -José María, a través de la velocidad y certeza de su garganta, que se adelantaba al juego propiamente dicho, creaba la mágica ilusión de que el partido era de su total invención. Eso lo llevó a creer que la realidad era obre suya, señaló Urondo con cautela. -Yo creo que la realidad era señalada por Muñoz siguiendo precisas instrucciones, dijo Dante Panzeri. -¿De quién? Preguntó Fioravanti. -De un oscuro poder mundial, contestó Panzeri. El mismo poder que nos aconseja escuchar tango. -No, Panzeri, no, retrucó Borges. –“Esse est percipi” es un cuento, es ficción. Usted confunde las cosas. El tango es otra cosa. El tango es un sueño soñado por los hombres, un sueño que a veces puede llegar a ser increíble. Hablo de los tangos de Arolas y de Greco que yo he visto bailar en la vereda. Y también los tangos de Osmar Maderna que pertenecen al mundo de los sueños. Pero todo es pura ficción. -Una vez, uno me comparó con un poeta, ladró José María. -Dijo que lo mío formaba parte del inconciente colectivo y de la poesía. Toma mate. Cuando decía “Luna llena en el estadio” o “La patria se hizo a caballo” o mi célebre “Peligro de gol”, quería que el fútbol se acerque al tango porque hay muchos tangos con temática futbolística. -Lo que pasa es que el tango está estructurado como un lenguaje, el fútbol no, señaló con precisión Fioravanti. -Y los tangos relacionados con el fútbol son de muy baja calidad, dijo Borges. -¡Avisa! aulló Muñoz.-¡“El sueño del pibe” escrito por mi amigo Reinaldo Yiso es un canto a la voluntad y a la perseverancia! -Siempre confundís las cosas, selló Fioravanti. –Como cuando el arquero Carlos Biasutto cumplió 40 años y dijiste que a d
lunes, 19 de mayo de 2014
Buenos-Ayres: Tiresias y los orígenes del tango
Buenos-Ayres: Tiresias y los orígenes del tango: (De Rodolfo Jorge Ross i ) Tiresias fue el más famoso adivino de la Grecia clásica, circa 800 años antes de Cristo. Nació ho...
martes, 17 de septiembre de 2013
Consideraciones acerca de la salvación, el pecado y el fútbol verdadero
A la luz de nuevas escuelas filosóficas sostenidas por hegelianos de
izquierda, existiría una especie de alma en la historia del fútbol.
Esta se manifiesta de diferentes maneras en las distintas etapas del
desarrollo histórico de nuestro glorioso balompié: como personalidad abstracta,
en el fútbol amateur; como la belleza total, en la zurda del chueco García. Se
destaca también como poesía en la explosiva velocidad de Mario Boyé, y como la
mejor literatura del siglo, en la estética del fútbol total de Don Osvaldo Juan
Zubeldía.
Haciendo un corte en la historia, los seguidores de Hegel señalan los
años correspondientes a la década de sesenta
del siglo pasado, como la transición hacia la modernidad futbolística,
y el comienzo de otra etapa en el desarrollo del Espíritu Absoluto.
Sostienen que el partido que definiría el descenso en el año 1961,
como bisagra entre un fútbol y otro.
El match jugado en cancha de Lanús el 3 de diciembre de 1961, marca un
antes y un después. Es la última manifestación del alma antigua de nuestro
fútbol. Lo que se muestra después es la modernidad.
Ese día Estudiantes de La Plata definía con Lanús el descenso.
Estudiantes tenía un punto más en la
tabla de posiciones, y con un empate se salvaba.
Dos alumnos que cursaban la carrera de filosofía en la Universidad de
La Plata presenciaron ese partido. Partieron de la sede de la calle 54, en uno
de los tantos colectivos gratuitos que el club había puesto a disposición de
los hinchas, para que concurrieran a la cancha de Lanús, y alentaran al pincha.
Al partir, uno de ellos reparó que un retardado, que vendía alfajores en la
cancha, viajaba en el primer asiento, y era uno de los directores de la
hinchada. Cantaba estribillos partidarios, y movía sus brazos sin descanso.
Resumiendo, un imbécil completo. El ómnibus dobló hacia la izquierda, por
caminos laterales, circulando junto a grandes descampados. Se detuvo
bruscamente porque un neumático estaba averiado. Bajó todo el pasaje y alguien
advirtió que había un remate de terrenos. La empresa vendedora repartía
banderines rojos y blancos con la leyenda “Hoy remate Hoy”.
Todos corrieron hacia la carpa donde se desarrollaba el evento,
entraron y arrancaron las banderas de las manos de un público aterrado, y cuando el colectivo
reanudó su marcha hubo un grito único, incluidos los futuros filósofos: ¡Hoy,
hoy, hoy ganamos, hoy!
El tarumba dirigía la runfla de marginales que al llegar a destino, se arrojaron del
ómnibus para conseguir un lugar en el vetusto
estadio de madera del Club Atlético Lanús.
Comenzó el partido y en la primera jugada, José María Silvero, un
correntino algo agresivo, back central de Estudiantes de La Plata, operó sin
anestesia Juan Héctor Guidi, histórico centrojás de Lanús. Lo siguió José
Rafael Albrech, el Príncipe de Hamburgo, que sacó de la cancha de un certero
codazo, al habilidoso Martina.
Los jugadores contrarios
devolvían gentilezas tratando de
asesinar a los de Estudiantes. En definitiva hubo ocho expulsados. El árbitro,
Luis Spinetto, equitativo, echó a cuatro por equipo.
El retarda estaba eufórico porque se acercaba el final, y con el
empate en cero se salvaba Estudiantes. De pronto, luego de una serie de
rebotes, Urbano Reynoso marcó para Lanús. Un silencio de muerte invadió a los
hinchas de Estudiantes, y cuando todo parecía perdido un picapedrero y odontólogo,
de apellido Rulli, empalmó una pelota perdida, empató el partido y Estudiantes
se salvó del descenso.
El estúpido lloraba de alegría y miraba al cielo agradeciendo a Dios y
a todos los santos el milagroso gol sobre la hora.
Cuando se retiraba el público de Estudiantes, y ya en la calle, un grupo
de simpatizantes fue insultado por
barras de Lanús.
El retarda gritó.-Hay que matarlos, y salieron corriendo por ellos.
El ómnibus, con el motor en marcha, esperó el regreso de los héroes, y
el primero en retornar vencedor fue el estúpido, que subió enarbolando una
bandera color sangre; la bandera de Lanús.
Volvieron a La Plata eufóricos, gritando el “¡hoy, hoy, hoy ganamos,
hoy!”
En el mes de abril del año siguiente, cuando se reinició el
campeonato, en la primera fecha, estaban los filósofos en la cancha de
Estudiantes, en la tribuna llamada “la culta”, que da espaldas al bosque.
De pronto se escuchó la voz del retarda gritando por sus alfajores.
Uno de los filósofos, intrigado, se acercó al héroe, y preguntó por la
bandera robada a los hinchas del granate.
Rotundo, y con una frase que marcaría el tiempo eje del fútbol mundial,
respondió:
-Mi vieja me hizo una cubija.
miércoles, 7 de agosto de 2013
Villa Rubencito
Villa Rubencito es un lugar ubicado entre Berisso y Punta Lara.
En la década del '50 había casillas de madera, donde muchachas muy bondadosas, ejercían el llamado "vil comercio".
Se escuchaba siempre, en una vieja fonola, la voz de Carlos Gardel.
Casillas de madera junto al río,
En el barro, santiagueñas en desuso,
Que esperaban el amor de algún
iluso,
Desdentadas, sucias, pardas; desvarío.
Exhibiendo sexo negro y luminoso,
Las piernas bien abiertas;
amistosas,
El mate compartían como diosas,
Escupiendo gallos verdes; delicioso.
Con los pechos descubiertos,
varicosas,
Era el mágico comienzo del imperio,
los arcanos como almejas pegajosas,
Y el enigma que ocultaba en cautiverio,
La fragancia de la breva empalagosa,
Atrapado para siempre en su
misterio.
sábado, 20 de julio de 2013
Ultimas noticias del papado
En la Roma de Fellini y de Tiberio,
Se desliza lentamente hacia la nada,
Va de negro vestido por su imperio,
Gran jefe de
cultura terminada.
Ya ninguno reconoce su tragedia,
Por los siglos de los siglos
conservada
Con terror; la razón
en cautiverio,
Terminó su jerarquía condenada.
La muerte de Dios, inesperada,
Dejó a los humanos sin misterio,
La conciencia moral desfigurada,
La Esencia se apagó sin improperios,
El último Papa sin criterio,
Escapó por la plaza desolada,
Flojo el mutis, fin del cautiverio,
Y vaciaron el mar como si nada.
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