En mi casa
con Medusa y sus hermanas,
Serpientes
como pelos las gorgonas,
Quien miraba
se volvía rata humana,
Y los hombres se arrancaban las caronas.
Una arcaica figura que profana,
La infancia
tan querida; y es ladrona,
De violencia
asesina, herodiana,
A su lado todo
es muerte que traiciona.
Alejandro la
llevaba, mancarrona,
En su escudo
triunfal a la africana,
Caravaggio
la pintó como buscona,
De estupro, y muerte y sangre shakesperiana.
Los ojos
como vidrios, bravucona,
Con inquina siniestra en su mirada.