Dijo el vidente Locuco:-Ayer pasó por casa un ángel enviado por Ignacio Corsini.
El Caballero Cantor quiere que Paredes y la Sra. Malena lo visiten en el cielo.
Con Paredes quiere tratar aspectos del tango en la Segunda Guerra Mundial.
A la Sra. Malena simplemente conocerla, porque su amigo Cátulo Castillo le habló de ella.
El viernes vengan a casa a medianoche y nos vamos para arriba, concluyó Locuco.
El día fijado Julio Paredes, el poeta del barrio, acompañado de Malena, la que esconde una esperanza humilde, esperaban en la casa de Locuco. Cuando en el viejo reloj de cobre sonaron las doce campanadas, Locuco dijo:-Cierren los ojos y sueñen con la pinta de Carlos Gardel.
En menos que suda un negro estaban en el café “El Pensamiento” , sentados junto a Julio Jorge Nelson, Ignacio Corsini y su esposa Victoria.
Nelson hizo las presentaciones:-La señora es Malena Verdadera, el señor es Julio Paredes.
El Caballero Cantor besó la mano de Malena, y luego de saludar a Paredes les presentó a Victoria, su esposa de siempre.
Dijo:-Me contó Julio Jorge, acá presente, que se ha publicado un libro donde se hace mención a la importancia del tango en la derrota del ejército de Hitler en las trincheras de Stalingrado.
-Así es, contestó Paredes.
-A las tropas de Hitler, luego de ablandarlas con fuego de morteros les acercaban vagones con discos de gramófono con selectas grabaciones, donde brillaba mi gola melancólica..
-Algo así, contestó Paredes.
¿-Y eso quién lo dice?, preguntó Corsini.
-Antony Beevor, un historiador inglés, contestó Paredes.
-Pensar que me acusaban de fascista porque cantaba las letras de Héctor Pedro Bloomberg sobre Rosas. También era sospechoso para algunos mi retiro definitivo en 1948. Una tarde me pararon en Parque Centenario, y una supuesta comisión de homenaje me preguntó si simpatizaba con Mussolini.
Estoy acá desde 1967 y recuperé a Victoria a la cual conocí en un circo en 1911.
Pasé de héroe a chivo emisario, y ahora gracias a ese historiador, soy un héroe de nuevo. En 1930 era el Caballero Cantor, después fui una rara mezcla de nazi-fascista mazorquero. Ahora descubrieron que la Segunda Guerra Mundial se definió en el este gracias a mi voz de ensueño. La justicia tarda pero llega.
Corsini se dirigió a Malena:-A usted quería conocerla porque mi amigo Cátulo siempre la menciona. La quiere como a una hija. Y Homero ha confesado su amor. Malena, usted es un personaje ilustre.
¿-Magaldi anda por acá, preguntó Paredes.
-Si, pero se muestra poco, acotó Julio Jorge Nelson.
-Está muy deprimido porque dice que en Buenos Aires nadie lo recuerda. Es un tema muy ingrato. Y eso que ha sido revalorizado a nivel mundial. Ustedes sabrán que el semiólogo italiano Humberto Eco tradujo sus tangos al italiano, y que el médico francés Jacques Lacan hizo una versión en francés de “Portero suba y diga” que cantó Maurice Chevallier. Pero en la Reina del Plata no le dan bola. Agustín, como buen criollo, se la banca. Pero está triste.
En una oportunidad lo visitamos en su casa con el profeta Ezequiel, el de La Biblia, del cual soy muy amigo porque somos paisanos.
Ezequiel lo conmovió cuando le contó una de sus visiones. Le dijo a Magaldi:
-Vi entonces una mano extendida con un rollo. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso. Escuché la voz de Dios:-Abre la boca y come lo que te doy. Y me morfé la Biblia.
Comentó Agustín emocionado:-Carlos Gardel es la voz de Dios.
Contestó Ezequiel:-Es la única verdad, es mentira lo demás. Por otra parte no hay nada para ver. Afuera no hay nada porque el Señor está dentro de nosotros.
Dios es de todos, y el Zorzal habla con su mismo verbo y canta con su misma voz.
-Amanece, dijo el vidente Locuco.-Hora de tomarse el raje, agregó.
Don Ignacio Corsini se puso de pié y expresó:-Ha sido una noche inolvidable.
Conocer a la sublime Malena Verdadera y conversar con Julio Paredes, el poeta de Vicente López.
Luego de besar la mano de Malena, el Caballero Cantor se dirigió a Paredes y preguntó:
¿-Hay manera de conseguir el libro de Beevor?
-Por supuesto, contestó Paredes.-Dígame cómo se lo puedo enviar.
-Desde la estación Carapachay sale un tren por día al Paraíso.
Mándelo por correo simple.
El Caballero Cantor quiere que Paredes y la Sra. Malena lo visiten en el cielo.
Con Paredes quiere tratar aspectos del tango en la Segunda Guerra Mundial.
A la Sra. Malena simplemente conocerla, porque su amigo Cátulo Castillo le habló de ella.
El viernes vengan a casa a medianoche y nos vamos para arriba, concluyó Locuco.
El día fijado Julio Paredes, el poeta del barrio, acompañado de Malena, la que esconde una esperanza humilde, esperaban en la casa de Locuco. Cuando en el viejo reloj de cobre sonaron las doce campanadas, Locuco dijo:-Cierren los ojos y sueñen con la pinta de Carlos Gardel.
En menos que suda un negro estaban en el café “El Pensamiento” , sentados junto a Julio Jorge Nelson, Ignacio Corsini y su esposa Victoria.
Nelson hizo las presentaciones:-La señora es Malena Verdadera, el señor es Julio Paredes.
El Caballero Cantor besó la mano de Malena, y luego de saludar a Paredes les presentó a Victoria, su esposa de siempre.
Dijo:-Me contó Julio Jorge, acá presente, que se ha publicado un libro donde se hace mención a la importancia del tango en la derrota del ejército de Hitler en las trincheras de Stalingrado.
-Así es, contestó Paredes.
-A las tropas de Hitler, luego de ablandarlas con fuego de morteros les acercaban vagones con discos de gramófono con selectas grabaciones, donde brillaba mi gola melancólica..
-Algo así, contestó Paredes.
¿-Y eso quién lo dice?, preguntó Corsini.
-Antony Beevor, un historiador inglés, contestó Paredes.
-Pensar que me acusaban de fascista porque cantaba las letras de Héctor Pedro Bloomberg sobre Rosas. También era sospechoso para algunos mi retiro definitivo en 1948. Una tarde me pararon en Parque Centenario, y una supuesta comisión de homenaje me preguntó si simpatizaba con Mussolini.
Estoy acá desde 1967 y recuperé a Victoria a la cual conocí en un circo en 1911.
Pasé de héroe a chivo emisario, y ahora gracias a ese historiador, soy un héroe de nuevo. En 1930 era el Caballero Cantor, después fui una rara mezcla de nazi-fascista mazorquero. Ahora descubrieron que la Segunda Guerra Mundial se definió en el este gracias a mi voz de ensueño. La justicia tarda pero llega.
Corsini se dirigió a Malena:-A usted quería conocerla porque mi amigo Cátulo siempre la menciona. La quiere como a una hija. Y Homero ha confesado su amor. Malena, usted es un personaje ilustre.
¿-Magaldi anda por acá, preguntó Paredes.
-Si, pero se muestra poco, acotó Julio Jorge Nelson.
-Está muy deprimido porque dice que en Buenos Aires nadie lo recuerda. Es un tema muy ingrato. Y eso que ha sido revalorizado a nivel mundial. Ustedes sabrán que el semiólogo italiano Humberto Eco tradujo sus tangos al italiano, y que el médico francés Jacques Lacan hizo una versión en francés de “Portero suba y diga” que cantó Maurice Chevallier. Pero en la Reina del Plata no le dan bola. Agustín, como buen criollo, se la banca. Pero está triste.
En una oportunidad lo visitamos en su casa con el profeta Ezequiel, el de La Biblia, del cual soy muy amigo porque somos paisanos.
Ezequiel lo conmovió cuando le contó una de sus visiones. Le dijo a Magaldi:
-Vi entonces una mano extendida con un rollo. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso. Escuché la voz de Dios:-Abre la boca y come lo que te doy. Y me morfé la Biblia.
Comentó Agustín emocionado:-Carlos Gardel es la voz de Dios.
Contestó Ezequiel:-Es la única verdad, es mentira lo demás. Por otra parte no hay nada para ver. Afuera no hay nada porque el Señor está dentro de nosotros.
Dios es de todos, y el Zorzal habla con su mismo verbo y canta con su misma voz.
-Amanece, dijo el vidente Locuco.-Hora de tomarse el raje, agregó.
Don Ignacio Corsini se puso de pié y expresó:-Ha sido una noche inolvidable.
Conocer a la sublime Malena Verdadera y conversar con Julio Paredes, el poeta de Vicente López.
Luego de besar la mano de Malena, el Caballero Cantor se dirigió a Paredes y preguntó:
¿-Hay manera de conseguir el libro de Beevor?
-Por supuesto, contestó Paredes.-Dígame cómo se lo puedo enviar.
-Desde la estación Carapachay sale un tren por día al Paraíso.
Mándelo por correo simple.
Bibliografía:
Stalingrado
Antony Beevor
Crítica Barcelona. 2000
Historia de una Biblioteca
De Platón a Nietzsche
Tomás Abraham
Editorial Sudamericana. 2010