Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

domingo, 17 de abril de 2011

Don Victorio, la Dolores y los misterios del tango

 Victorio Codovilla Ferrandi y La Pasionaria

-Soy Victorio Codovilla Ferrandi.
Así se presentó un sujeto bastante mayor de  edad ante la Cátedra del Café.
Agregó:-La señora que me acompaña es Dolores Ibárruri, más conocida como “La Pasionaria”.
Queremos dejar nuestro humilde testimonio acerca de las dos pasiones que han marcado a fuego nuestras vidas: los proletarios del mundo unidos y la voz inigualable de Carlitos Gardel.
-A usted lo conocemos por su militancia en el Partido Comunista Argentino, dijo Julio Paredes, el poeta del barrio.-Se lo recuerda como el ojo de Moscú.
-Así es. Llegué a la Argentina a los18 años. Nací en un pueblo cercano a Milán.
No tuve estudios y ni siquiera terminé el colegio primario.
¿-Y usted Dolores? Preguntó Paredes.
-Yo fui la mano de Stalin en España y lo digo con orgullo. Y puse todo lo que tenía. Le grité, en julio de 1936, a Calvo Sotelo: ¡éste fue tu último discurso!
Y así fue porque lo mate al salir de las Cortes. Y que me juzguen por eso. ¡Qué va! Después de un día agitado, esquivando los balazos y en vísperas de la guerra civil, al volver a casa, solo me calmaba la voz celestial de Carlos Gardel. Y ahora tuvimos la suerte de conocerlo en el Paraíso.
Interrumpió Victorio:-Lo visitamos en el café El Pensamiento donde nos hizo sentar a su mesa. Con Dolores tratamos de ganarlo para la causa proletaria, pero el Morocho no dio bola. Dijo: “Lo mío es la poesía y los pura sangre de carrera”.
¿-Eligieron Paraíso? Preguntó el tordo Laferlita.
-Con Dolores elegimos Infierno donde seguimos haciendo política.
Estamos todos, empezando por José Stalin. Pepe  ha perfeccionado la intriga y el crimen político.
Preguntó Laferlita:-Don Victorio, siempre se dijo que usted tuvo que ver en la organización del crimen de León Trotsky en Méjico.
-El Camarada Stalin le dio la orden a Beria de poner coto en Coyoacán y despachar a Don León a este mundo lo más rápido posible. Es que había fracasado el intento de Siqueiros.
La ingesta de alcohol y la falta de conciencia de clase de alguno de los integrantes de la banda armada dio por tierra  tan benemérito intento, no sin algún escándalo. Solo puse orden de acuerdo a lo establecido por Moscú.
Después del feliz  atentado, cuando buscaba salir de México, recibí la visita de Luis Buñuel que estaba exiliado en ese país.
Tomamos una copa y me dijo que me olvide de la política.
Que el socialismo no salvaría al hombre. Que éste solo encontraría su redención a través del tango y la milonga con cortes. Me dio entradas para ver el film “Gran Casino” que se había estrenado en la capital azteca donde brillaba Libertad Lamarque. “En la voz de Liber está presente todo el tango y la vida y la muerte. Cuando dice “Caranfanfunfa” Libertad lanza un grito que solo Carlos Gardel, que está en el cielo, comprende. Un mensaje esotérico que “El Mudo” desentraña en soledad. Haceme caso Victorio, es el tango la verdad, es mentira lo demás”, concluyó Buñuel.
Años después lo encontré en el cielo y le dije que tenía razón, que me había pasado la vida diciendo que la lucha de clases era el motor de la historia, cuando el verdadero motor son los tangos de Arolas, Greco y Villoldo.
¿-Y en el Infierno Trotsky y Don Pepe como se llevan?
-Siguen con su pelea eterna. A León lo mataron muchas veces, pero él resurge de sus cenizas; todo da comienzo de nuevo.
Escupió Dolores:-Gardel nos encargó una misión muy difícil y sumamente delicada. Tratar de que Agustín Magaldi salga del oscuro mundo de los olvidados para formar parte del luminoso entorno del Bronce que Sonríe.
Ahora fue Codovilla el que dijo:-Con Dolores nos constituimos en el domicilio del Trovador de Casilda que pasaba sus días celestiales en estado  melancólico y sombrío. Al verlo en tan deplorable situación emocional le dije que no podía ser que el cantor que había desencadenado la Revolución de Octubre viviese la muerte con pesar, y no con sana algarabía.
Agustín preguntó cual era la alegría que debía sentir. Le contesté que el paraíso celestial estaba en poder contemplar a Carlos Gardel. “Me lo temía” contestó Magaldi. “Gardel es un invento mío, adujo. Lo mismo que Eva Duarte.”
-Agustín, le dije, un tango tuyo fue el detonante de la Revolución Rusa.
En el Infierno Lenin contó que “Nieve” fue la señal esperada para tomar el Palacio de Invierno.
Contestó Agustín:-La letra es de Manolo Ferradás Campos y sabía que en la Revolución  Rusa esa canción cumplió un papel relevante.
Me lo contó Maruja Pacheco Huergo que estaba casada con Manolo. No se olviden que Maruja había sido figura principal en la fallida revolución alemana de noviembre de 1918.
-Esa fue Rosa Luxemburgo y no Maruja, contesté
¡-Avisá! Retrucó Agustín. -Maruja Pacheco Huergo era Rosa Luxemburgo.
Su último escrito antes de embarcarse hacia  la Reina del Plata intitulado “El orden reina en Nueva Pompeya”  termina diciendo: ¡“El orden reina en Berlín y en Barracas, estúpidos secuaces! Mañana la revolución se anunciará vibrante, con fanfarrias y música de tango para terror vuestro”.
Para cerrar su discurso: “como dijo Carlos Gardel: yo fui, yo soy y yo seré, porque Yo soy el camino”.