Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

sábado, 27 de marzo de 2010

Julio Jorge Nelson, el señor de los tristes.

Julio Jorge Nelson



Si bien no forma parte de la Cátedra del café debido a su bajo perfil, el Profesor Locuco es un personaje tenido en cuenta por sus conocimientos sobre los orígenes del tango. Una tarde, conversando con el poeta Julio Paredes y el Dr. Laferlita, el tordo inconsolable, comentó:-Soy espiritista. Puedo invocar a quien se me antoja, desde Noé, el del Arca, a Don Hipólito Yrigoyen, con todo respeto.
-El tema nos interesa, dijo el poeta. ¿-Dónde ejerce su noble causa?
-En mi casa. Si quieren esta noche pueden venir y llamamos a Floreal Ruiz
para que nos deleite con su voz de ensueño.
-Ahí estaremos, dijo Don Julio,
A las 10 de la noche estaban sentados ante una mesa ovalada, Paredes, el Dr. Laferlita y el vidente Locuco.
¿-Con quién quieren hablar? Preguntó el brujo.
-Con Gardel, contestó Paredes, repuesta que desató el llanto del tordo inconsolable.
-Si viene Gardel el tordo se nos muere acá, acotó Locuco con sabiduría.
-Me voy a comunicar con el café “El Pensamiento” y pregunto quien está, dijo y entró en trance.
Unos minutos después espetó:-En el café hay poca gente. Hay milonga en el paraíso porque es carnaval. Se fueron todos al baile celestial.
Solo está Gardel conversando con Julio Jorge Nelson.
-A Gardel no quiero verlo porque muero de un infarto, dijo el tordo inconsolable.
-Entonces traelo a Nelson, susurró Paredes.
Locuco volvió al trance y unos minutos después abriendo los ojos expresó:-En seguida viene.
En una silla vacía algo empezó a tomar forma y segundos después se materializó el propio Julio Jorge Nelson que arranco diciendo:-A través del tiempo y la distancia perdura su nombre como el más auténtico símbolo de nuestro arte menor. Carlos Gardel, el bronce que sonríe.
Continuó:-Con esas palabras yo comenzaba mi programa radial dedicado a Carlos Gardel.
-Lo escuchaba, agregó Paredes. También usted hacía “El éxito de cada orquesta”.
-Yo fui uno de los grandes de la radio, quizás el más grande, dicho esto con toda modestia. Y ahora, después de la muerte he sido recompensado con lo más sublime que podría haberme pasado, y eso es que Don Carlos Gardel me honre con su amistad.
-Lo mismo dice un tal Musante que vemos siempre en el café, dijo Paredes.
-Lo conozco, dijo Julio Jorge, Gardel lo estimaba, pero un buen día Musante resucitó, ¿-Como está? Porque los que vuelven a la vida andan boleando cachirlas.
-Reponiéndose de su estadía en el Hades.
-Eso lleva mucho tiempo, y una vez que te repusiste te morís de nuevo. Es un tema muy ingrato.
-Nelson cuéntenos algo sobre Gardel.
-La conversación diaria con el Morocho versa sobre su asesinato. A él lo mató la Iglesia Católica por considerarlo el Anti-Cristo.
Yo pensé siempre, porque lo del crimen los tangueros lo sabíamos, que lo habían amasijado por judío.
¿-Gardel era judío, preguntó Locuco?
-No, pero yo si, y estaba convencido de que el Zorzal era un rusito como yo.
Nací Isaac Rosofky, soy miembro del pueblo elegido y me crié en Villa Crespo, el barrio elegido. Nelson es el artístico.
Dijo Paredes:-Sabe Julio que estudiosos de la literatura lo consideran hombre de letras. El poeta platense Héctor Ciocchini dice en su libro “El sendero y sus días”: “El recuerdo que evoca el dolor y la dicha parece unir tres tipos de experiencia poética como las de Dante, Leopardi y Julio Jorge Nelson.”
Y pone como ejemplo los versos de “Margarita Gauthier”
Nelson expresó:-Esa letra la escribí en 1943 y tuve la suerte de que el negro Joaquín Mora compusiera la música. Se convirtió en un clásico del tango:
“Hoy te evoco emocionado mi divina Margarita,
Hoy te añoro en mis recuerdos, oh mi dulce inspiración.”


No me extraña que algunos me consideren hombre de letras.
Pero volvamos al Morocho. Ese fatídico 24 de junio de 1935 yo estaba tomando un café en “Los 36 Billares”, cuando entró Francisco Canaro llorando y me dijo:-Se mató Carlos Gardel.
En ese trágico instante cambió mi vida para siempre. Me di cuenta que debía dejar todo, hasta mi familia, para mantener vivo el recuerdo de Don Carlos.
Comencé a difundir a Gardel por radio en la audición “El bronce que sonríe” y fui el que impuso el “cada día canta mejor”. En 1949 creamos con Alfredo Curcu la audición “Una voz en el camino”, el primer programa nocturno de la radiofonía argentina, solamente para hablar de Gardel toda la noche. Recibí el reconocimiento popular y las cargadas de mis detractores. Estos me pusieron el sobrenombre de “La viuda”. Y Leopoldo Marechal me pintó como un tanguero demoníaco en su novela “Megafón o la guerra”.
Lo que no sabe el gran público es que siempre estuve rodeado de poetas.
Mi gran amigo Paco Urondo me llamaba “el señor de los tristes.”
Dejé mi vida para inmortalizar al Morocho. Lo único que me produce desazón es haber perdido el amor de mi hijo. Pero el culto a Carlos Gardel era más importante. Partí a los 62 años, en Marzo de 1976.
Al llegar al Paraíso pregunté: ¿-Donde para Gardel? -En el café “El Pensamiento”, contestó San Pedro. Cuando abrí la puerta del feca y vi a Don Carlos Gardel tomándose un whisky pensé que moría de nuevo.
Cuando me vio se puso de pie y abrió los brazos. Yo camine los pocos metros que nos separaban y nos unimos en un abrazo interminable.
Después, mirándome a los ojos me dijo:-Julio Jorge, te estaba esperando. Sentate que los primeros días de un finado son más que fuleros. ¿Qué tomás?

Tango Margarita Gauthier, de Mora y Nelson