Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

jueves, 28 de octubre de 2010

Hannah Arendt y Carlos Gardel. La banalidad del bien


Dijo el vidente Locuco: -El viernes, a eso de la oración, vienen a mi palacio en Munro Hannah Arendt y Carlos Gardel.

La señora quiere hablar sobre tango, los judíos y el sacrificio del Mudo.

El día fijado se dieron cita en casa de Locuco los integrantes de la Cátedra del Café.

Al atardecer se materializó un goruta propio del bajo Flores que dijo:

-Soy de la secta “Testigos de Gardel” y jefe de la “Guardia Imperial” del Morocho. Debo ver quiénes están para que el Zorzal se haga presente.

Agregó:-Son los mismos de siempre. Se llevó dos dedos a la boca y emitió un silbido de otro mundo.

Sobre el pucho la estancia se oscureció y pudo verse una rosa en llamas desde la cual se escuchó:-Amigos de Munro y Carapachay les habla Carlos Gardel. Les quiero presentar a una amiga, alemana ella, que gusta del tango y la milonga arrabalera. Se llama Hannah.

Pudo verse con claridad la figura de la escritora alemana Hannah Arendt que de inmediato expresó:-Me interesa estudiar el aporte que hicieron los judíos a la música de la ciudad de Buenos Aires. Siempre me gustó la música popular, pero el tango tiene una particularidad: un ritmo mundial nacido solamente en una ciudad, Buenos Aires. Además hay en su música un aporte judío muy importante.

Julio Paredes, el poeta del barrio la interrumpió para decirle:-Noble señora. ¿Podríamos hacer unas fotos para el relanzamiento del la revista “El alma que canta”?

-En las fotos los finados no salimos. Lo que puede hacer es grabar la conversación.

Malena, la que esconde una esperanza humilde, tenía desde el comienzo el grabador encendido.

Continuó la alemana:-Me interesa el aporte judío al la música pero también estoy estudiando el asesinato de Carlos Gardel en manos del Santo Oficio por defender a un hijo de Sión.

-Es sabido que a Gardel lo mató el Vaticano, pero por defender a un judío no lo sabíamos, acotó Paredes.

-Carlitos puso el pecho a la salida del “Palais de Glace” cuando un cajetilla de apellido Guevara le dijo a Alippi: “Judío piojoso” y disparó. El balazo lo recibió en el pecho el Zorzal que se había puesto delante de su amigo para protegerlo.

¿-Alippi era judío? Preguntó el tordo Laferlitta.

-Nacido Isaías Alippi, hijo de un sefaradí italiano que le enseñó el oficio de talabartero. Por defender a un judío y ser presentado como la voz de Dios, Gardel fue condenado por la Inquisición.

Continuó la alemana:-Estoy escribiendo en el Paraíso un libro que llevará el título de “Carlos Gardel en Colombia, un estudio sobre la banalidad del bien”.

Habló el Morocho desde la rosa ardiente:-Otro judío que se destacó en el tango fue Luisito Rubinstein. Él me contó que su famoso “Charlemos”, escrito en 1940 en pleno auge del nazismo, narra el encuentro a través del teléfono de dos desconocidos. Él es ciego, lo que forma parte de su impactante final: “no puedo, no puedo verla, es doloroso lo sé, como quisiera quererla, soy ciego, perdóneme”.

Contó Rubistein en el café “El Pensamiento” que el verdadero final es: “como quisiera quererla, soy saino, perdóneme”. Este tango Luisito lo escribió cuando en Europa había comenzado el Holocausto.

Preguntó Paredes: -Doña ¿a qué otro judío frecuenta en el Paraíso?

Dijo Hannah:-Mi preferido es Marcos Zucker, que me canta “Garufa” en idisch. También Julio Jorge Nelson me dedica glosas.

Habló Gardel desde la rosa en llamas:-Yo me hice amigo del Rey Boris, de Bulgaria. Es gran admirador mío y tenía mis discos en Sofía, cuando era el monarca. Ahora, en el café “El Pensamiento”, canta tango en una forma rara de pronunciar el idisch, el valesko:-Istá Ribecas in ventanas, esperando ver pasar a su Jacobos, pero Abraham qui istá in la esquina, no si poide continer”. Un plomazo, remató Don Carlos.

-Sin embargo quiero destacar la actuación del Rey Boris durante la invasión nazi a Bulgaria. Si bien simpatizaba con la derecha se opuso a la llamada “solución final” con los judíos, y los servicios alemanes lo asesinaron. Una conducta digna.

Se escuchó la voz del jefe de la custodia de Gardel:-Hay que ir yendo para la estación Carapachay para no perder el tren de medianoche al Paraíso.

Dijo Gardel desde la rosa en llamas:-Mandá a uno a comprar pizza a “La Astral”. De molde, así vamos lastrando en el tren.

-Una última pregunta, dijo Paredes mirando a Hannah. ¿-Qué siente ante tantos ángeles muertos en “El Pensamiento”?

-Dos cosas dichas por poetas que no se querían entre ellos.

Una es “también se muere el mar”, la otra “el pampero no muere y siempre vuelve”.

Agregó Hannah: ¿-Se dan cuenta de la felicidad de viajar en tren al Paraíso?

Nos sentamos en el vagón comedor. Gardel se ubica frente a mí y mientras comemos una doble de muzzarela acompañada por un moscato bien frappé, el Morocho me mira a los ojos y canta “El día que me quieras”.

¡-Salute! Se oyó la voz del Zorzal desde la rosa en llamas y se hizo el silencio.

Biblografía:

Eichmann en Jerusalén.

Un estudio sobre la banalidad del mal.

Hannah Arendt

Lumen


Tango Judío.

Del ghetto a la milonga.

Julio Nudler

Editorial Sudamericana

miércoles, 20 de octubre de 2010

Jorge Sobral. Platense, Pincharrata y una bellísima persona.
Presenció el mítico partido Manchester United-Estudiantes de La Plata el 16 de octubre de 1968.

Platea obsequiada por el cantor Jorge Sobral

martes, 19 de octubre de 2010

17 de octubre en el Paraíso

-Me llegó un mensaje desde abajo, dijo el vidente Locuco.
Continuó:-En el tren al Paraíso que sale esta noche desde Carapachay vienen Musante, el tordo Laferlita y otros integrantes de la Cátedra del Café para celebrar el 17 de octubre de pie junto a Perón.
Locuco, Malena, y Paredes se dieron cita en la estación “El cielo” para darles la bienvenida a los recién llegados. Después caminaron hasta la entrada.
Locuco dijo:-Pedriño abrí la puerta que estoy con amigos que vienen a saludar a Perón.
San Pedro abrió el portón y se confundió en un abrazo fraternal con el Sr.Musante, el hombre que volvió de la muerte.
¿-Musante, usted por acá? Preguntó San Pedro. ¿-Viene para quedarse?
-No, contestó Musante. Vengo a saludar al viejo y después regreso a mi casa.
Caminaron hasta el café “El Pensamiento” donde comenzaban los preparativos para agasajar a Perón. Estaba el coro del Teatro Colón para cantar la “Marcha” cuya primera voz sería la de Hugo del Carril.
También querían ensayar “El Rancho e’la Cambicha”, con la gola inigualable de Don Antonio Tormo, el cantor de las cosas nuestras, que lucía un lujoso bisoñé color naranja. En una mesa fumaba feliz Carlitos Acuña, y en otra departían amablemente Borges, Bioy y su señor padre.
Hugo del Carril se acercó a la mesa de Borges y espetó:-Don Borges, voy a entonar la “Marcha Peronista” y como caballero que me cuadra, sabiendo que el manchado no es santo de su devoción, le sugiero que se retire porque cuando empiece el coro le va a estallar el trigémino, con todo respeto.
La gilada que lo acompaña puede quedarse si es de su agrado.
Borges, Bioy padre e hijo se incorporaron para irse.
Borges acotó:-Cuando la marcha dice “que grande sos”, el tirano prófugo debería aclarar que él no es ningún grande.
Continuó Hugo del Carril:-Borges, el General dejó de ser el tirano prófugo hace 40 años. Además viene Carlos Gardel, la voz.
Contestó Borges:-A Gardel no le gusta el tango, y la sonrisa del morocho prefigura la sonrisa de Perón.
Abrió la boca Bioy padre para decir:-Yo vi al dúo Gardel-Razzano, y a pesar de la doble zeta Razzano cantaba mejor que Gardel.
Una carcajada general se oyó en el café. Carlitos Acuña, de pié dijo:
-Además de ser un gil, tenes un toscano en la oreja, viejo oligarca.
Las acertadas palabras de Acuña hicieron que Borges y compañía se fueran de inmediato.
Y se fue armando la fiesta. A las 9 de la noche en punto hizo su entrada el Teniente General llevando a Eva Duarte de su brazo izquierdo y a su señora madre, Doña Juana Sosa Toledo del derecho. La ovación duró más de cinco minutos. Tomaron asiento en la mesa principal y con ellos se sentó Carlos Gardel acompañado de su madre, Doña Berta, y de la hermosa Mona Maris.
Un reflector alumbró el escenario donde Julio Jorge Nelson hizo de maestro de ceremonias:-A través del tiempo y la distancia perdura su nombre como el más auténtico símbolo de nuestro arte mayor. Don Juan Domingo Perón, el líder que sonríe, abrió Nelson y de inmediato la Orquesta Estable del Teatro Colón, con la voz solista de Hugo del Carril arrancó con la “Marcha Peronista”.
Después el desfile de figuras fue interminable: Magaldi, Corsini, y todos los grandes del tango rindieron su tributo al General.
En un momento de descanso, que el General aprovechó para darle al champagne, se le acercó el Espíritu Santo y masculló:-Mi General, soy devoto de Alberto Margal pero no lo han tenido en cuenta. ¿Usted podría hacer algo para que Margal participe y no se deprima?
-Por supuesto, dijo el viejo. Con voz estentórea se dirigió a todos:-Antes del final con Antonio Tormo y el Pericón Nacional falta la gola sagrada de Alberto Margal, mintió Don Juan.
-Gracias General, dijo el Espíritu Santo despiojándose las alas, y el cantor de las madres y de las novias cantó “Madre hay una sola".
Luego un reflector iluminó nuevamente la insigne figura de Julio Jorge Nelson, que dijo:
-Ahora, Don Antonio Tormo, el cantor de las cosas nuestras, va a interpretar la canción preferida del General Juan Perón.
Se trata del famoso rasguido doble “El Rancho e,la Cambicha”.
Y quiero hacer una acotación erudita.
El rancho existió. Estaba situado en la ciudad de Goya, provincia de Corrientes. Quiero presentarles a la mujer que era la propietaria del bailongo, y dio su nombre a la canción: Cambicha Miranda.
Quiero aclarar que Cambicha en guaraní quiere decir “Negrita”.
Cambachita Miranda se puso de pie y fue aplaudida largamente.
Luego Antonio Tormo cantó el rasguido mencionado que hizo que una furtiva lágrima se deslizara por el rostro del macho.
Cuando Tormo concluyó comenzó el Pericón Nacional, cuya danza se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
Cuando el sol brillaba, el vidente Locuco dijo:-Hace días que estamos en “El Paraíso” con el relanzamiento de “El alma que canta”. Creo que llegó la hora de irnos. Señores, la consigna. Todos soñaron con la pinta de Carlos Gardel y cuando abrieron los ojos estaban frente a una doble de muzzarella en la Pizzería Astral de Munro.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Lo cacharon en Cacheuta

-Borges, dijo Paredes el poeta del barrio, ¿-Nos podemos sentar con usted?

-Por supuesto, dijo Jorge Luís.

-Nos presentamos, dijo Julio. –Yo soy Paredes, la señora es Malena Verdadera, y el señor es el vidente Locuco. Trabajamos en el relanzamiento de la revista “El alma que canta”.

-Pero que bien, contestó Georgie. –Estoy esperando a Nicanor Paredes, Chiclana y Don Eduardo Arolas. Prometieron que hoy vendrían a saludarme porque tengo un mensaje para ellos.

¿-Eligieron el cielo?, preguntó Malena, la que esconde una esperanza humilde.

-No, están en el infierno pero pueden salir cuando quieren.

Esto que Dios no condene a nadie no esta mal. Pero, en otro orden de cosas Dios es el productor de la inmortalidad, y en eso no estoy de acuerdo. A mi no me gusta seguir siendo Borges después de muerto. Yo siempre soñé con estar muerto para siempre. Como una forma del olvido.

Se abrió la puerta del Café “El Pensamiento” y entraron Paredes, Arolas y Chiclana. Con el sombrero en la mano se sentaron a la mesa y saludaron a todos.

Arolas le preguntó a Malena quien era. La señora contestó que estaban enviados por la revista “El alma que canta”.

-Que bien, dijo Arolas.¿-Necesitan algo de nosotros?

-No, dijo Borges. Yo los convoqué para ver que opinan sobre un hecho curioso que tiene que ver con los soberbios cuchilleros y el peso de la daga silenciosa.

Me invitaron a dar una conferencia a la ciudad de Mendoza, continuó Georgie. –Después de la charla me invitaron a pasear por los alrededores de la ciudad. Llegamos a un triste barrio de casas de adobe, del otro lado de las vías. Uno de los profesores dijo:-Este barrio se llama Cacheuta y es muy peligroso. Hay muchos malevos, y aclaró a continuación que no había verdadero peligro de ser atacado por asesinos y ladrones sino por homosexuales: “Todos los malevos son homosexuales”. Ante mi sorpresa el doctor explicó: “La bicicleta excita al malevo. El movimiento, usted comprende. Además el malevaje es muy inclinado al ciclismo. Si uno va en bicicleta y ve otro de a pie, se ofrece a llevarlo. Los dos se excitan, dejan la bicicleta…Una vez, con el Doctor X vimos a dos malevos en una acequia. El doctor me dijo: “ No hay por que escandalizarse. Total a todos nos gusta”.

Cuando Borges terminó el relato los malevos se miraron entre ellos. Eduardo Arolas rompió el silencio:-Yo nunca practiqué el ciclismo, acotó.

Paredes, enojado, dijo:-Es una ofensa al cuchillero.

Chiclana asintió con la cabeza.

El poeta del barrio, tomó la palabra y preguntó: ¿Dónde fue eso Borges?

-En Cacheuta, Provincia de Mendoza.

-Borges, con todo respeto me permito decirle que lo cacharon en Cacheuta, concluyó.

Los tres guapos exclamaron al unísono:¡-Isa!

Bibliografía:

Borges

Adolfo Bioy Casares

Editorial Destino

lunes, 4 de octubre de 2010

Jorge Vidal llega al Paraíso

-A través de interpósitas personas me acabo de enterar que ha muerto Jorge Vidal.

Ha elegido Paraíso y está al caer. Quedemos aquí para entrevistarlo cuando llegue.

En la madrugada del día siguiente concurrieron a la estación, Malena, la que esconde una esperanza humilde, Julio Paredes, el poeta del barrio y el vidente Locuco.

Lentamente se detuvo la vieja máquina a vapor que transporta, saliendo de la estación Carapachay los viernes a la medianoche, a los finados que han elegido el cielo.

Cuando se disipó la nube los integrantes de la cátedra del café vieron a Jorge Vidal con su valija y guitarra al hombro.

Se presentaron:-Yo soy Julio Paredes, la señora es Malena Verdadera y el señor es el profesor Locuco. Somos periodistas de “El alma que canta”, y queremos registrar como primicia su llegada al Paraíso.

-Isa, contestó Vidal y caminaron hasta la puerta.

Locuco gritó: -Pedriño, abrí el portón que hoy llegó un grande.

San Pedro le dio la mano a Vidal y los acompañó hasta el café “El Pensamiento”.

Cuando hizo su entrada al feca una cerrada ovación conmovió a todos.

Se puso de pie Jorge Luís Borges y dijo:-Me toca a mí darle la bienvenida.

Sepa, Vidal, que siempre lo consideré el más grande cantor de tango. Sobre todo por su interpretación de “Flor de Fango”. Usted canta muy bien esa composición de Contursi cuya letra es perfecta:

“Después fuiste la amiguita

De un viejo boticario

Y el hijo de un comisario

Todo el vento te sacó…”

En un viejito boticario y el hijo de un comisario no hay ripio.

A veces siento que en nuestro país no se hizo nada más grande que el tango.

En un momento yo fui enemigo de Pascual Cotursi porque con “Mi noche triste” mató al viejo y alegre tango zumbón, y le dio entrada al italianaje en nuestra música. Inventó al siniestro Carlos Gardel que tiene la misma sonrisa de Perón.

Pero después con letras como "Ivette" y "Flor de fango" me reconcilié con Pascual. Además, su hija Gladys, que es mi amiga, me dijo estos versos escritos por su padre:

“Acordate de la cruz

Que te regaló tu hermano

Y del huevo de avestruz

Sobre la mesa de luz

En el cajón de Cinzano”

Si Contursi escribió esto Contursi es el Dante.

Se abrió la puerta del café y entraron sonriendo Carlos Gardel y Julián Centeya.

De inmediato Borges hizo mutis por el foro.

Vidal, Gardel y Centeya se confundieron en un abrazo.

Después de agradecerles la deferencia Vidal preguntó: ¿-Quien es el que me dio la bienvenida.

-Un compadrito frustrado, contestó Centeya.

-Que alegría tenerte por acá, dijo el Zorzal.

-Podemos cantar a dúo, siempre dijeron que yo era un cantor gardeliano, salvando las distancias, comentó Vidal.

Habló Paredes, el poeta del barrio: ¿-Podemos hacer unas fotos? Trabajamos para el relanzamiento del “El alma que canta”.

-Yo no tengo problema, dijo Gardel.

Se ubicaron, según indicación del Profesor Locuco, Gardel, Centeya y Jorge Vidal contra una pared blanca y Malena, la que esconde una esperanza humilde los retrató.

Luego Julián Centeya dijo:-Yo voy a decir unas glosas especialmente escritas para este momento, y después Jorge podría cantar alguna milonga burrera. ¿Qué te parece?

-De acuerdo, dijo Vidal y comenzó a templar la guitarra.

Paredes encendió el grabador y así comenzó Centeya: