Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

miércoles, 21 de julio de 2010

El Sr. Musante informa como llegó al otro mundo

Luis Buñuel. Retrato pintado por Salvador Dalí


-Una noche me dormí vivo y a la mañana siguiente me desperté muerto, contó en el café el Sr. Musante.

-Eso fue hace muchos años y el primer día como finado me sentí raro, no me hallaba. A la semana se me acercó un señor de mirada sombría.

Dijo:-Musante, estás muerto desde hace días y andas boleando cachirlas. Eso les pasa a todos. Soy representante del infierno. Si querés venir a conocer a Lucifer solamente tenés que avisar. En el inframundo vas a encontrar a los más grandes hijos de puta de la historia, y a los otros también.

Al rato se me acercó otro de mirada angelical.-Soy un hombre del cielo en este mundo. No sé si tomaste conciencia que desde hace una semana estás debidamente fallecido. Ahora tenés que elegir según tu gusto. Si sos un guacho elegí el infierno y ahí estarás a feliz. Se incendian casas entre vecinos, todos gritan, hay mucho vicio y trompadas.

Si sos manso venís conmigo al cielo donde todo es amor y paz.

¿-Y Dios qué dice? Pregunté.

-Nada, contestó el representante del cielo. Vos elegís infierno o paraíso según tu gusto.

Dios no dice nada. El Señor es libertad.

Musante, luego de tomar un poco de agua, continuó ante la atenta mirada de los Catedráticos:

¿-Dónde está Gardel?

-El Zorzal eligió el Paraíso. Si te gusta el tango hay un lugar en el cielo donde paran todos los tangueros. La mesa la preside Carlos Gardel y el café se llama “El Pensamiento”

-Voy para allá, dije, y partí, cabizbajo hacia el otro mundo.

El Sr. Musante, angustiado por su propio relato, tomó agua a raja bonete.

Siguió:

-Me constituí en el cielo. El portón estaba cerrado. Golpeé mis manos y apareció un personaje que metía miedo.

Preguntó agresivo:-Qué querés.

Contesté:-Soy Musante, elegí el cielo. Quiero ir al café “El Pensamiento” para conocer a Gardel.

San Pedro abrió el portón y dijo:-Cinco cuadras por la Avenida de los Cipreses, después veinte metros a la derecha.

-Cuando entré al café se me acercó Julio Jorge Nelson que me dio la bienvenida, me presentó a Gardel y me dijo:-Llegas justo porque el Bronce que Sonríe está escuchando una discusión sobre los ciegos y el tango. Sentate al lado del Morocho.

Gardel, con una sonrisa, señaló la silla a su lado.

Se escuchaba un vozarrón con fuerte acento español que discutía con el ciego Tiresias.

-Usted es el culpable de que el tango esté lleno de ciegos.

-Reconocí enseguida al gallego que se imponía por su voz., dijo Musante.

- Era Luís Buñuel, agregó

Tiresias contestó:-¿Cuál es el problema de que haya ciegos en el tango?

-Como a la mayoría de los sordos me desagradan los ciegos.

Un día, en Méjico vi a dos ciegos sentados juntos. El uno besando en la boca al otro.

Me sentí un poco sorprendido por la escena. Y pregunto: ¿Es cierto que los ciegos son más felices que los sordos?

Contestó el ciego:-No, que va. Lo que puedo afirmar es que en el mundo de los ciegos, los ciegos ven. Imágenes muy raras y difíciles de describir.

-Soy sordo pero no soy estúpido, contestó Buñuel. ¿-Cómo es eso de que los ciegos ven?

Respondió Tiresias:-Como hay un mundo de los sordos hay también un mundo de los ciegos. Éste es muy particular porque el ciego crea su propio cosmos de imágenes, luces y sombras.

-¡Sos un ciego cabrón, como todos los ciegos! Respondió Don Luís.

Continuó:-No puedo pensar en los ciegos sin recordar una frase que decía mi padre cuando comía fiambre: ¿-Verdad que la mortadela está fabricada por ciegos?

Para mí, esta afirmación en forma de pregunta, es tan verdadera como una afirmación del Evangelio. Por supuesto algunos pueden encontrar absurda la relación entre los ciegos y la mortadela. Como puede sonar absurda la relación entre los ciegos y el tango.

Pero es que no hay ningún tanguero ilustre que haya sido ciego.

Hay sordos brillantes en el tango, y Don Osvaldo Pugliese es el ejemplo cabal.

-Pero ahora Pugliese oye, contestó Tiresias.

-Cuando compuso “Negracha” estaba sordo. Recuperó la audición como yo, y todos los sordos en el cielo.

Luego, cerrando los ojos Buñuel expresó:-No está del todo mal esto de estar muerto. Puedo escuchar de nuevo el ruido de la lluvia y la voz de Carlos Gardel.

Bibliografía:

Luis Buñuel

“Mi último suspiro”

(Memorias)

Plaza & Janes

1982