Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

domingo, 10 de enero de 2010

Carlos Gardel en la hoguera

Galileo Galilei


Fue en el año 1984.
Una noche compartí la mesa con el periodista y escritor Edmundo Guibourg en una parrilla de la calle Talcahuano.
La conversación giró sobre su amistad con Carlos Gardel y otros próceres del tango.
Cuando promediaba la velada, de improviso comentó: -A Gardel lo asesinaron.
Se produjo un silencio que fue roto nuevamente por Don Edmundo: -lo mató la Iglesia Católica.
Tras cartón contó la siguiente historia:
“Los curas nunca quisieron a Gardel por que era la imagen del demonio.
Y ese delirio contra el Zorzal se acentuó cuando el tenor Enrico Caruso expresó públicamente que Carlos Gardel tenía una lágrima en la garganta.
La Iglesia tampoco quería al tenor italiano, porque Caruso era amigo del armenio George Gurdjieff, un hereje.
Cuando murió Caruso en 1921 los curas se calmaron, pero la bronca permaneció latente.
En el año año 1930, cuando Gardel adquiera relevancia mundial, es presentado en público como “la voz de Dios”.
Esa calificación despertó en el papado el odio dormido y decidieron tomar cartas en el asunto.
Entonces en el Sínodo anual reunido en Roma en 1933, el Papa Pío Xl, analizó junto a los cardenales vida y obra de mi amigo”.
¿-Por qué era diabólico Carlitos? , pregunté.
“Tuvo un vida distinta que irritaba a los curas. Esa vida comenzó en 1890 cuando en Toulouse, Francia, nació un hijo del amor, producto de una relación incestuosa entre Berta Gardes y un primo hermano seminarista, también de apellido Gardes. Al niño lo llamaron Charle Romuald.
Rechazada su madre por los prejuicios de la época migran a Buenos Aires cuando Carlitos tenía dos años. También los curas manejaban otra versión. El padre sería un Ingeniero llamado Paul Lasserre.
En Buenos Aires Doña Berta se empleó como planchadora y su hijo se crió en la calle.
Ni siquiera la presencia de un Santo a su lado, como Ceferino Namuncurá, compañero de coro en un colegio Salesiano, logró redimir al díscolo Carlitos.
Se destacó en la escuela primaria por blasfemo y tener, además, un notable cross de derecha.
No tenía problemas de aprendizaje, pero lo que no conformaba a los Salesianos era la conducta del chico”.
-Se lo pasa escupiendo imágenes religiosas, es un impío, dijo un cura azorado a Berta, la madre, que había sido llamada para que sacase al niño del colegio.
“A Carlitos no le importaba nada.
Solamente era feliz en las calles del barrio del Abasto, rodeado de curdas, cirujas, mendigos y delincuentes.
Doña Berta se desprendió de su hijo que fue alojado en lo de una vecina, llamada Rosa Franchini.
Al terminar el colegio primario Carlitos se dio cuenta que tenía un don. Los que lo escuchaban cantar lo invitaban a comer, deslumbrados.
Cayó preso varias veces y su garganta, entonando canciones criollas, conmovía a la Policía y recuperaba, siempre, la libertad.
Detestaba a la autoridad y a todo lo que esta representaba.
Con los curas la relación iba del asco a la risa.
A los trece años se hace muy amigo de Luís Sanguinetti, propietario de la cantina “Chantacuatro” donde canta todas las noches por la comida.
Descubre el aplauso y el vino carlón. En la cantina conoce a José Gambussi, el “Tarila”, y a el “Cachafaz”, los mejores bailarines de todos los tiempos.
A los catorce años se escapa de la casa y lo encuentran varios días después en un prostíbulo de Florencio Varela. Se hace cantor de quilombo, traba amistad con cafiolos y pupilas. Las putas lo adoraban”.
Alguien preguntó:- ¿dónde se conocieron?
“Lo conocí en un comité Conservador del barrio de Balvanera.
Nos hicimos muy amigos, los dos teníamos el mismo origen y hablábamos en francés. La amistad se consolidó en una gira que hicimos a Brasil. Formaba parte de compañía teatral el actor Elías Alippi.
Los tres nos hicimos inseparables.
Pero hay un hecho relevante que consagra a Carlitos por su valentía pero que la Iglesia toma a mal. El 10 de diciembre de 1915, a la salida del Palais de Glace, una patota encara a Elías Alippi y le dice que que no pise más el lugar porque lo quieren libre de judíos. Carlos Gardel reacciona defendiendo a su amigo. Un integrante de la patota, de apellido Guevara, saca su revolver y apunta al corazón de Elías. Gardel se interpone y recibe un disparo en el pecho. Se salva de milagro. Ese es el momento que la Iglesia le empieza a prestar atención. No puede ser que un criollo ponga el pecho por un rusito. Algo raro pasa con ese muchacho. A partir de ahí asignan a Carlitos un seguimiento especial que termina en lo que dije al comienzo, cuando lo presentan como la voz de Dios.
No saben como eliminarlo y así llegamos al Sínodo de 1933 donde el Papa Pío XI con su secuaces encargan al Cardenal Pacelli que durante 1934, cuando se realice el “Congreso Eucarístico Internacional” en Buenos Aires, tome los recaudos del caso y se encargue de matar al Zorzal.
Éste debe morir quemado como Giordano Bruno.
La muerte de Gardel, como la de Bruno debe tener un efecto disuasorio ante el avance de la ciencia, el sexo, y el comunismo.
Pío XI le recalca a Pacelli que no debe fallar. Que no pase lo de Galileo Galilei que se retractó ante el Tribunal y después siguió cantando.
Durante el “Congreso Eucarístico”, en Buenos Aires Pacelli se conecta con los peores sectores de la Iglesia.
Ordena: “Carlos Gardel es el anticristo y debe morir en la hoguera”. No tiene moral, es hijo del amor, puso el pecho por un judío y se presenta como la voz de Dios.”
La orden se cumple en Colombia el 24 de Junio de 1935 y Carlos Gardel es inmolado en Medellín.
Esa noche Roma está de fiesta. El Papa organiza una reunión para festejar la muerte de Carlitos, pero se pasan en los brindis y la información que tenemos los tangueros es que hubo tiros y puñaladas en el Vaticano.
Todos los Cardenales terminaron en cana.
En Buenos Aires festejaron Monseñor Franceschi y los miembros más encumbrados de la Acción Católica. La cátedra del café tiene conocimiento que Monseñor Franceschi al cerrar la velada dijo: -Brindo por el final del Zorzal en la hoguera.
Ha muerto un tenorio de conventillo, fiolo de arrabal.
Para rematar:-¡Cómo sería de gaucho Gardel que murió asado! "

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