Este es el Blog de Rodolfo Jorge Rossi, nacido en la ciudad de La Plata, Argentina.

Cursó estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A.

Trabajó en producción de programas radiales con José María Muñoz y Antonio Carrizo.

Ha publicado en el Diario “El Día” de su ciudad natal y en la Revista “Debate”.

Actualmente escribe en “Buenos Aires Tango y lo demás”, que dirigen los poetas Héctor Negro
y Eugenio Mandrini, y en “Tango Reporter” de la ciudad de Los Ángeles, EE.UU.

En 2007 publicó un libro de relatos “Croquis y siluetas familiares”, Editorial Vinciguerra.

Son padrinos celestiales de este sitio Fernando Pessoa, Carlos Gardel y el trompetista Rondinelli.

jueves, 19 de marzo de 2015

Transcurría la tarde lentamente cuando se abrió la puerta del café y entró Julio Jorge Nelson. Una vez ubicado junto al poeta del barrio, don Julio Paredes, habló anticipándose a todos:-En el Cielo nos reunimos todas las tardes en el café “El Pensamiento” y conversamos hasta la madrugada. La mesa está integrada por Fioravanti, José María Muñoz y Dante Panzeri. Ahora se agregó Jorge Luis Borges porque estamos, con mi amigo Paco Urondo, investigando sobre la literatura en el fútbol. Ésta nació cuando pregunté sobre la esencia del relato deportivo y Fioravanti contestó que la literatura del fútbol está en el relato radiofónico. A Borges le interesó el tema, acotó:-Yo escribí junto a Bioy Casares un cuento acerca de las transmisiones radiales y el fútbol; lo publicamos en 1967. Se titula “Esse est percipi”. Ser es ser percibido; el idealismo subjetivo del Obispo Berkeley. Surgió después de que escuché en un coche de alquiler un partido de fútbol relatado por José María Muñoz. Con Adolfito imaginamos una Organización Mundial dedicada a manejar la humanidad a través de las transmisiones deportivas. El locutor es el que recibe las instrucciones del poder mundial y cuando relata un partido, que solo existe en su imaginación, transmite ideas y conductas a seguir, impartidas por esa organización ecuménica secreta. Berkeley identifica lo físico con lo sensible. Para el Obispo no hay realidad. Solo hay contenidos de conciencia creados por el Espiritu Infinito. Este Espíritu Infinito es un invento de la Organización Mundial, y su representante en Buenos Aires fue José María Muñoz. Dijo Dante Panzeri:-En mi libro “Fútbol. Dinámica de lo impensado”, yo desarrollé una hipótesis: “Al fútbol actual le faltan tres cosas, dirigentes, decencia y wines”. El ensayo cerraba exponiendo una terzina de la “Divina Comedia”: O voi ch’avete l’intteleti sani, miratte la dottrina che s’asconde, Sotto il velame de il versi strani. Si descorremos el velo que cubre las transmisiones deportivas veremos el manejo siniestro que a través de un renacido Inquisidor, llamado José María Muñoz, realiza la Organización Mundial que nos domina. Lamentablemente la editorial censuró los versos del insigne florentino. Adujo que eran producto del delirio y el alcohol. -Ordenemos la conversación, dijo Fioravanti. Lo que dice Borges pertenece a la ficción. Dirigiéndose a Panzeri preguntó: ¿Piensa usted que existe una organización mundial detrás del relato? ¡-Helsinski, 1952! Interrumpió Muñoz. –Ahí comienza mi carrera como el más grande relator de todos los tiempos. Y a mi nadie me manejaba. Eso de que inventamos el partido es una falacia. Continuó el relator de América: -Panzeri, vos sabés que el clima une a los pueblos a través de las isotermas. ¿-Qué tiene que ver? Respondió Dante. Intervino Urondo:-Muñoz, Borges dice que usted pertenece a una tenebrosa organización mundial. -En el cuento cambié el apellido y el relator se llama Ferrabás, acotó Borges. Un señor Savastano, que respondía a la organización, le daba las órdenes. En un momento Savastano dice: “el fútbol es un género dramático a cargo de un solo hombre en una cabina”. Hay muchas semejanzas entre Sabastano y Ferrabás con el relator de América. -José María, a través de la velocidad y certeza de su garganta, que se adelantaba al juego propiamente dicho, creaba la mágica ilusión de que el partido era de su total invención. Eso lo llevó a creer que la realidad era obre suya, señaló Urondo con cautela. -Yo creo que la realidad era señalada por Muñoz siguiendo precisas instrucciones, dijo Dante Panzeri. -¿De quién? Preguntó Fioravanti. -De un oscuro poder mundial, contestó Panzeri. El mismo poder que nos aconseja escuchar tango. -No, Panzeri, no, retrucó Borges. –“Esse est percipi” es un cuento, es ficción. Usted confunde las cosas. El tango es otra cosa. El tango es un sueño soñado por los hombres, un sueño que a veces puede llegar a ser increíble. Hablo de los tangos de Arolas y de Greco que yo he visto bailar en la vereda. Y también los tangos de Osmar Maderna que pertenecen al mundo de los sueños. Pero todo es pura ficción. -Una vez, uno me comparó con un poeta, ladró José María. -Dijo que lo mío formaba parte del inconciente colectivo y de la poesía. Toma mate. Cuando decía “Luna llena en el estadio” o “La patria se hizo a caballo” o mi célebre “Peligro de gol”, quería que el fútbol se acerque al tango porque hay muchos tangos con temática futbolística. -Lo que pasa es que el tango está estructurado como un lenguaje, el fútbol no, señaló con precisión Fioravanti. -Y los tangos relacionados con el fútbol son de muy baja calidad, dijo Borges. -¡Avisa! aulló Muñoz.-¡“El sueño del pibe” escrito por mi amigo Reinaldo Yiso es un canto a la voluntad y a la perseverancia! -Siempre confundís las cosas, selló Fioravanti. –Como cuando el arquero Carlos Biasutto cumplió 40 años y dijiste que a d