A través de
ritos tremebundos,
una noche de
invierno, con un brujo,
logramos que
el maestro Segismundo,
se acercara
a nosotros, sin tapujos,
en la más
que misteriosa estación Munro.
Presentose
el susodicho de alpargata,
chalina,
traje negro, hablar rotundo.
Tomo asiento,
nos trató de papanatas,
“Traerme a
este barrio moribundo”
Le dijimos
de su extraña indumentaria,
contestó Sigmund,
muy fecundo:
“Al iniciar
la vida planetaria,
me hice
amigo de gente más que amena,
algunos de
textura estrafalaria,
otros que bien valen un poema.
El que
brilla con propia luminaria,
y en los
cielos es la crema de la crema,
Gardel, de prestancia
nobiliaria,
y sonrisa a toda hora, sin problema.
Carlitos consultó sobre su madre,
abandonado por
ella en casa ajena.
Me crié en
la calle, sin compadres,
viviendo
situaciones más que extremas.
Mi única
creencia fue el gran tango,
me acompaña desde
siempre, como emblema.
Le dije a
Carlitos con que rango,
de su madre
sentía un anatema.
Contestó: No
querría ser guarango,
a la vieja
la rechazo por blasfema.
El tango es
nostalgia de la drema,
respondí al
cantante, desde el fango,
de la vida
carenciada que te quema.
¿Qué debo
hacer si estoy herido?
preguntó Carlitos compungido.
Buscar el
perdón, aunque esto duela,
si tu vieja
fue una turra, es el olvido,
y el pasado
meterlo en duermevela.
Anestesiar
la bronca, y dolorido,
hacer de la
ofensa una novela,
terminada
para siempre, perimido,
y volver con
la madre-mujerzuela,
olvidarse de
todo, aunque abatido,
dormir en paz, la vida en acuarela”.
¿-Y su
madre? a Segis preguntamos:
“Amalia se
llama, es castañuela.
Estamos
habitando el mismo cielo.
Le conté mis
progresos sin cautela,
explicando el
alma humana como un vuelo,
y como amor
y muerte son gemelas,
disfruto de
mi vieja sin consuelo,
como Carlos
es feliz, sin las secuelas,
del olvido
sufrido, fin del duelo.
Felices,
contentos, sin estelas,
con paz en
el alma, sin revuelo.
Sin más
trámite el gran mágico de Viena,
se esfumó en
la noche, expeditivo.
Quedé solo
con angustia extraterrena,
en la vieja
estación Munro; pensativo.