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La Violeta

 Nicolás Olivari

Ayer se constituyó en mi domicilio el poeta Nicolás Olivari, fallecido en septiembre de 1966.
Dijo:-Quiero hacerte una aclaración. Publicaste que la señorita muerta, que originó el poema de Raúl González Tuñón, es la nieta del italiano que inspiró el tango de Francisco Bastardi.
-El tango se titula “La cabeza del italiano”, contesté.
-Habla de la cabeza frappé del italiano que un tiro se pegó en el almacén.
El itálico suicida no es otro que Domingo Polenta, que menciono en mi poema “La violeta”, que se convirtió en éxito, con la música de mi gran amigo Cátulo Castillo. Lo grabó Carlos Gardel. A propósito, con el Morocho me encuentro a diario en el café “El Pensamiento”, situado en el Paraíso.
Digo en “La violeta”:
Con el codo en la mesa mugrienta,
y la vista clavada en el suelo,
piensa el tano Domingo Polenta
en el drama de su inmigración.

Domingo Polenta no pudo soportar la nostalgia de Isola Capo Rizzuto, en la Calabria, y se voló los sesos.
Es todo lo que te quería decir, susurró Olivari.
Cuando cerraba la puerta de casa Nicolás ladró:¡-Momento! Que puedo tomar para la estación Carapachay.
-El  mítico 130, contesté.
-Buenas noches, concluyó.
-Buenas noches nos de Dios.